martes, 21 de enero de 2014

¿LEEMOS UN CUENTO?



En la mejor calle comercial de la ciudad habían abierto una tienda nueva.
El rótulo decía REGALOS DE DIOS; Entré. Un ángel atendía a los clientes.
¿Qué es lo que vendes, ángel del Señor? -Vendo cualquier don de Dios.
¿Cobras muy caro? -No los dones de Dios los damos gratis.
Miré los grandes estantes, estaban llenos de ánforas de amor, frascos de fe, bultos de esperanza, cajas de salvación y muchas cosas más.
Yo tenía gran necesidad de todas aquellas cosas.
Cobré valor y le dije al ángel: Dame por favor bastante amor de Dios, dame perdón de Dios, un bulto de esperanza, un frasco de fe y una caja de salvación.
Mucho me sorprendí cuando vi que el ángel de todo lo que yo le había pedido, me había hecho un sólo paquete y el paquete estaba ahí en el mostrador, un paquete tan pequeño como el tamaño de mi corazón.
¿Será posible? -pregunté- ¿Esto es todo?.
El ángel me explicó: Es todo, Dios nunca da frutos maduros, Él sólo da pequeñas semillas que cada uno debe cuidar y cultivar.
   



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